Profesores:
Antonio Peña Cerdán, María José Ballester Bordes
Categoría:
Vivienda
En La manzana perdida de Russafa se insertan tres volúmenes con el fin de cocer la manzana en planta. A pesar de mantener la idea de manzana cerrada, en alzado, se abren las visuales de manera que se dé más protagonismo al jardín interior y se mantienen tres entradas como pasajes cubiertos que recuerdan la ordenación antigua. Como guiño final, se ha mantenido la fachada de una de las preexistencias y al verlo en planta, se ha diseñado una escalera con su misma huella. Volumétricamente, se leen tres prismas de acero corten (equipamientos), donde en uno de ellos crece en altura un edificio de hormigón blanco (programa residencial). El proyecto de vivienda se basa en la idea de crear espacios en los que el usuario pueda relacionarse con su entorno y ser libre al elegir sus actividades, sociales y/o privadas. Espacios que van desde lo más público a lo más privado, permiten al usuario una transición en la que encuentra áreas sociales (públicas o de cada vivienda), circulaciones para acceder a las viviendas, que fomentan la relacion entre vecinos y entradas a viviendas mediante pasarelas que simulan un pequeño jardín. En el interior de la vivienda el usuario es libre, un espacio diáfano en la primera planta del dúplex, más un balcón que vuelca al patio interior. En la segunda planta, se encuentra el aseo, la habitación principal, un pequeño espacio polivalente; y por último, un balcón que vuelca y se relaciona con el corredor de acceso a viviendas.
