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El proyecto surge como continuación de otro ejercicio en el que se plantea la creación de una nueva línea de tranvía que actúa como eje paralelo a la avenida Manuel Candela. Alrededor de este, se plantea un barrio cuyas calles se ceden a los peatones, almacenando los vehículos en edificios de aparcamiento. El proyecto se ubica en una de las nuevas paradas del tranvía, por lo que su entorno se convierte en un nodo estratégico para la ciudad. El vacío urbano preexistente se transforma mediante la construcción de dos torres de viviendas y hotel, y un gran edificio lineal que combina una residencia de ancianos con un albergue juvenil. El edificio tipo torre se organiza mediante cuatro pastillas rectangulares pasantes que giran en torno a un núcleo de comunicaciones abierto al exterior. El objetivo de este proyecto consiste en crear una serie de alojamientos no familiares que cuenten con la mayor cantidad de espacios exteriores posibles. Por este motivo, en las viviendas de cuatro dormitorios, más del 50% del espacio se puede abrir completamente.
El edificio lineal cuenta con tres zonas diferenciadas, comunicadas entre sí mediante un corredor exterior: una zona para ancianos dependientes, otra con viviendas para ancianos independientes y un albergue con alojamientos con distinto número de habitaciones. En este edificio también se trabajan los espacios exteriores mediante terrazas, zonas a doble altura y espacios de transición entre las viviendas y el exterior.