Los gruesos muros encalados, las mallorquinas de madera, las escaleras macizas y la presencia de una única altura, nos evoca a las casas tradicionales de la costa mediterránea, mientras que la distribución en planta de los volúmenes, la composición de los pavimentos exteriores y los muros que se extienden desde la casa, aportan elementos de la arquitectura moderna, especialmente inspirada en la casa Catasús, de J. A. Coderch.
Este proyecto se integra en el entorno mediante la relación de sus alineaciones principales y de sus tapias exteriores con la arquitectura preexistente.
Invita a una vida lenta que pone en valor la tradición y la naturaleza del lugar. Los volúmenes que “flotan" sobre la marjal permiten integrarse en ésta y admirarla de manera respetuosa. Su terraza superior abre la posibilidad de un mirador al mar y la marjal o un observatorio de aves y estrellas.
Una casa que aporta espacios para la vida en comunidad, para el juego y la exploración, y para la privacidad y la introspección. Elimina la jerarquía interior-exterior relacionando estos dos espacios mediante los ventanales que encontramos en cada habitación y pretende recuperar y potenciar los mejores aspectos de la tradición mediterránea, integrando los avances del presente e invitando a idear para el futuro.
