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De la mano de Italo Calvino y su relato Ciudades Invisibles, nos adentramos en el tejido caótico de tiendas, de intercambio de mercancías, de muselina dorada y esteras amarillas, que aparece y desaparece. Por la noche, las hogueras se encienden y se convierten en los puntos de reunión e intercambio de memoria, donde los recuerdos de uno se entremezclan con los de otro para conformar Eufemia, ciudad donde los mercaderes de siete naciones se reúnen en cada solsticio y cada equinoccio.
Ambos momentos del día nos hablan de la dualidad en la que Eufemia se balancea. La temporalidad y el intercambio quedan representados en la serie de hogueras y soportes de la propuesta.
El proyecto propone un sistema capaz de albergar dicha dualidad que caracteriza a Eufemia. La temporalidad, el vacío y el lleno, el día y la noche, los intercambios de mercancías y de memoria, tienen su respuesta en las distintas piezas del sistema, que se distribuyen en torno a las hogueras de reunión que Calvino describe en el texto.
Tal como los hilos se destejen, las tiendas se desmontan y los fuegos se apagan. No quedan sino los soportes verticales, huella de los intercambios pasados, que esperan hasta que Eufemia, la gente y sus memorias vuelvan a la ciudad donde en cada solsticio y cada equinoccio intercambiamos nuestros recuerdos.