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La manzana donde se sitúa el proyecto se divide en cuatro bloques que combinan el espacio residencial y dotacional. Dentro de la zona residencial podemos encontrar diferentes tipologías para poder abarcar las necesidades de los distintos usuarios. El conjunto de la manzana crea un equilibrio entre espacio construido y verde que recupera la trama urbana inicial de la ciudad y devolviendo el espacio libre interior.
Para la realización del proyecto, en primer lugar, se ha delimitado la superficie alineando la iglesia del Salvador y el Almudín con la manzana y, posteriormente, a partir de estas dos direcciones se han creado dos retículas ortogonales que se relacionan entre ellas dando forma al contorno de la manzana y configurando así las calles Trinitarios y Conde de Olocau.
La modulación de esta nueva manzana cuenta con medidas proporcionales que generan las uniones entre ambas retículas ya que, al contar esta manzana con dos ángulos no rectos, la modulación no cuenta con las mismas medidas en horizontal.
Para la distribución de los bloques se ha partido de la retícula oblicua al Almudín y se han formado cuatro volúmenes con un módulo de espesor y longitud hasta su extremo para formar así una forma inspirada en una espiral. El acceso al interior de la manzana se sitúa en la calle Salvador y para ello se elimina un módulo al inicio del bloque perpendicular a dicha calle.