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El proyecto se ubica en Gestalgar un pueblo al norte de Valencia, donde se plantea un espacio de encuentro cultural que albergue cada año a ocho artistas y a sus respectivas familias, que a su vez forme un espacio cultural para los habitantes de Gestalgar.
Como punto de partida se opta por concentrar en un mismo edificio las viviendas y el espacio de trabajo para así conseguir una mayor relación entre ambos espacios. De esta forma, en planta baja encontraremos el espacio cultural y los talleres mientras que en las plantas superiores estarán las viviendas de los propios artistas.
Uno de los objetivos principales es la relación con el entorno, es por esto que se crean una sucesión de muros paralelos a las vistas para potenciar al máximo la relación exterior-interior que permita una disolución del límite del espacio.
A su vez, para adaptarse a la irregularidad de la parcela se plantea un giro en los volúmenes principales del proyecto generando así un punto de acceso en el espacio intermedio y una división del espacio basándose en la funcionalidad del complejo.
Como herramienta de distinción de la escala residencial y del espacio público se opta por una dualidad en la materialidad. Ambos se enlazan en ciertos puntos y se combinan siempre con la vegetación.