Desde el principio, previa visita al lugar -Alboraya, Horta Nord-, se debatió cómo abordar el límite entre el espacio público y el privado y sobre cómo poder extender para uso vecinal partes del programa soportado por un CEIP. En lo personal, uno se daría cuenta más tarde que no se trataba tanto de regalar metros cuadrados a la calle sino de hacer partícipe a la calle, es decir, a su gente, de los espacios que un colegio necesita. Para ello se intenta dotar al centro de una estructura organizativa que permita la versatilidad de dos modos: en tanto a la relación del edificio con la ciudad y en cuanto a la relación del edificio con su propio programa.
En planta uno ve un amplio corredor -de sección similar a una calle- que conecta la que viene desde el depósito de agua -hito vertical- con la que llega, no solo al polideportivo -que aloja las instalaciones deportivas del centro-, sino a la huerta - hito horizontal-. Más allá de como quiera uno etiquetarlo, dicho corredor establece una pauta de relación entre el edificio y el espacio público en tres niveles: El primero previamente expuesto a cerca de su imbricación en la trama; el segundo al albergar los espacios de uso común -aulas polivalentes, comedor...- con mayor potencialidad de ser usados en horario extraescolar; por último, y de manera menos obvia, actuando de transición entre la circulación en vía pública y el sistema del propio edificio.
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La importancia de la educación
Jorge Díez Estellés
Año:
2021
Curso:
PR5
Taller:
T05
Profesores:
Salva Sanchis Gisbert