La propuesta pasa por conservar las fachadas de los edificios ubicados en Calle Platerías 13 y Calle Maestro Aguilar 8 cuyas alineaciones son el último resquicio del trazado histórico del barrio de Ruzafa. Los nuevos volúmenes quedan envueltos por las antiguas fachadas creando una doble piel entre las cuales quedan espacios exteriores cubiertos.
La idea de proyecto consiste en un elemento de comunicación continuo que conecta los espacios públicos a la vez que sirve de comunicación vertical de las plantas residenciales. Esta especie de “serpiente” va reptando por fachadas y medianeras de manera que dignifica estas últimas, a la vez que dota de una escala más humana a la manzana.
En cuanto a los equipamientos planteados, destacan los de uso deportivo de manera que la manzana funciona como un complejo deportivo a escala de barrio, es por ello por lo que se propone que las actividades se alberguen en distintos edificios configurando el propio espacio público los recorrido e incluso llegando a ser el gran espacio central una sala de fitness al aire libre. Sin embargo los equipamientos más propios de la manzana como son cafetería, sala de estudio, sala de juegos infantil, etc. se ubican en los niveles superiores aunque también son accesibles para el resto de vecinos del barrio a través de los núcleos de comunicación exteriores.
