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En la Manzana Perdida de Russafa se demuestra con claridad la
ortogonalización forzada a la que se vio forzado el antiguo pueblo de la huerta
de València con el plan de Ensanche pero aún así, aún quedan restos de gran
valor de la trama histórica.
Así pues, el proyecto parte de la puesta en valor de estas preexistencias, de
modo que conservamos la fachada y la crujía exterior de los edificios de la C/
Maestro Aguilar 6 y 8, y la fachada y la estructura del de la C/ Platerías 13. Los
primeros dos se colmatan con una pieza de nueva construcción que cierra el
bloque, e introducimos en el patio que se genera un sistema de corredores y
escaleras que nos permite salvar la diferencia de nivel de las 3 edificaciones. En
el caso del edificio de la C/ Platerías simplemente se regulariza la geometría en
su parte posterior con un corredor que da acceso a las viviendas, mientras que
las escaleras que se usarán son las originales del edificio.
Las construcciones descritas hasta el momento son principalmente
residenciales, dedicadas a un uso de vivienda social de alta rotación, pero los
equipamientos, de forma serpenteante, entran en estos edificios de uso mixto.
De esta manera, en el bloque principal encontramos que esta “serpiente” abraza
al edificio en su totalidad, ya que va subiendo en altura conforma lo va rodeando.
En el otro edificio simplemente aparece un espacio en planta baja.