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El proyecto busca satisfacer las necesidades de un barrio marginal reconvirtiendo el
paradigma urbano de manera colectiva para construir una ciudad cuidadora y reforzar el
enraizamiento social en el lugar. Se propone un edificio residencial de co-housing
intergeneracional donde los vecinos habitan en comunidad y se ayudan como una gran
familia.
La propuesta, ubicada en Nazaret, funciona como una ‘casa grande’, generadora de
relaciones que mejora la calidad de vida de los mayores en convivencia con los jóvenes, y
viceversa. Se consigue alojar a 10 mayores y 10 jóvenes. Además, el programa del edificio es
flexible y se adapta a las circunstancias, entendiendo que las formas de “habitar” varían en
el tiempo.
El proyecto cuenta con espacios que promuevan actividades vinculadas con el desarrollo de
una sociedad inclusiva: comedor, zonas de juego y aprendizaje, lavandería, talleres... y se
ubican tanto en el edificio residencial intercalados entre las viviendas como en las
preexistencias.
El alojamiento se proyecta para la gente, porque no hay otra forma de pensar arquitectura
que para sus usuarios. La propuesta se enraiza en el lugar creando un edificio que pertenece
al lugar y a sus habitantes. El proyecto está pensado para los vecinos, para sus formas de
habitar en todas las versiones y de cómo interactúan entre ellos, conviviendo, cuidando unos
de otros... Analizando todos estos aspectos la propuesta logra proyectar viviendas para la
gente.