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Se trata de una intervención en una zona industrial ubicada en el borde sur del municipio de Oliva, en su mayor parte abandonada, que tiene su origen en un pasado vinculado a la producción cerámica y que posee una fuerte identidad por el carácter de los antiguos ladrillares y conjunto de sus esbeltas chimeneas.
Se busca la regeneración de dicho espacio altamente degradado, reintroduciendo la actividad gastronómica orientada a garantizar el desarrollo urbano sostenible, la construcción equilibrada del territorio y el mantenimiento del patrimonio y la identidad propia del lugar.
La forma de la escuela surge de relacionar el material del ladrillo, que forma parte del patrimonio de la zona, con la formación de sistemas que se coordinan entre sí dentro del mismo en planta.
Una vez definida la forma, los módulos se relacionan gracias a una serie de circulaciones. A su vez, en ocasiones, se abren patios que otorgan luminosidad y una gran variedad espacial.
En la zona inferior de la parcela existe una vía de trazado irregular en diagonal a la que el centro se adapta creando una gran variedad de espacios interiores y exteriores.